El Bosque de los Tilos está encantado. Las nubes, alimento del ecosistema de la laurisilva, parecen tener vida. Si nos quedamos en silencio entre el entramado de ramas y hojas y luces que se atisban y gotas de agua, quizás escuchemos algún murmullo de la época terciaria, cuando nació este patrimonio natural de excepcional valor, declarado Núcleo de la Reserva Mundial de la Biosfera de La Palma. Sus verdes intensos y más tenues, los cruces entre ramas y helechos, hojarasca y musgo, frescor y sol, invitan a buscar duendes entre las raíces.
Fotógrafo: Karol Kozlowski