Laura Ouch, a través de su objetivo

Conocí a Laura en una reunión de mujeres para ayudar a una de nosotras en un proyecto creativo que por causas de la vida no llegó al fin buscado. En esas horas que compartimos en la naturaleza, estrenaba máquina de fotos y en su cabeza había grandes planes para trasladarse a Madrid y lanzarse al mundo. Conversamos y su frescura e ilusión eran muy contagiosas. Lo tenía claro, estaba dispuesta a aprovechar la oportunidad, dejar su trabajo en una agencia de publicidad, hacer las maletas y dedicarse a la fotografía que es lo que le apasiona. La capital de España iba a ser el punto de partida para desarrollar todas sus capacidades y entrar en el complicado mundo de shootings y estudios. 

Si algo caracteriza a esta joven fotógrafa es el atrevimiento y el gusto por el riesgo cuando eso conlleva avanzar como profesional y ser humano. Ahora, vive a saltos, con su base en Gran Canaria, pero viajando donde el trabajo la llame. En sus fotos, que avalan toda la pasión que pone en ellas, descubres sensualidad, sexualidad más allá del erotismo, emoción y mucha energía.

Laura estudiaste publicidad y te especializaste en redacción creativa ¿Cómo nació tu amor por la fotografía?

Mi interés por la fotografía siempre estuvo ahí, paralelamente (y previamente) a mis estudios universitarios. 

Si es cierto que no me atreví a poner todo el peso académico en ella, en parte, por esa presión del entorno más cercano acerca de la fotografía y sus supuestas “pocas salidas”.  

Pero todo pasa por algo y en la actualidad siento que mi background publicitario y de copy creativa me ha ayudado a enfocar y conceptualizar la imagen desde diferentes perspectivas. A nutrirla.

¿Qué es lo que te hace disfrutar más de tu arte?

Sin duda la “sorpresa» a través de la exploración, y las sinergias que sea crean con las personas. 

La fotografía nos acerca y se manifiesta como un código de lenguaje con el que nos comunicamos en un proyecto. La veo como una herramienta más para esa expresión y puesta en común con las personas, pero no un fin en sí mismo. 

Entonces lo que más disfruto se puede decir que son las personas, las emociones, lo que volcamos juntas, aquello a lo que damos voz, o ponemos rostro. 

¿Cómo es tu proceso creativo, te preparas mucho las sesiones o estás más abierta a la experiencia del momento?

Depende del proyecto. Si estamos hablando del ámbito laboral me gusta tener ese trabajo previo bien desmenuzado. Lo hace todo mucho más fluido y se genera un enriquecimiento del proyecto. 

Pero hay fotografías que no se pueden planificar, que nacen de lo real, lo espontáneo. Y esa es su belleza.

Hay que estar abierta a todo.

¿Consideras que el trabajo de un fotógrafo es solo la cámara o la edición posterior debe también tener su toque personal?

Considero que T O D O lo que quieras puede ser parte de su trabajo. 

Desde la conceptualización de la idea, decisiones estéticas que sean coherentes con esa idea, formación de equipo, etc. Modo de ejecución de la fotografía y por supuesto el proceso de revelado (digital en mi caso) donde potencio o suavizo ciertos parámetros para que todo vaya en sintonía con la idea original. 

Eres muy joven, pero ya has realizado trabajos importantes ¿Cuál ha sido el más destacado hasta la fecha? ¿Algún momento de sentirte ¡guau, estoy aquí!?

Creo de verdad que el “¡guau, estoy aquí!” está por llegar, y eso me mantiene muy estimulada. 

Sé que te atreves también con el vídeo ¿Qué aporta a tu carrera?

Para mí el vídeo partió de la fotografía en sí. De cómo sería ver una fotografía en movimiento. En mi caso siento que el audiovisual aporta mayor dimensionalidad a la imagen. 

Matices. Sensaciones. Te marca tiempos, te da mucha caña o de repente te da alivio. Es increíble. Nos va guiando por la imagen. 

Mujer y canaria ¿condiciona?

Antes que condicionar sin duda suman, aportan.

No puedo estarle más agradecida a la vida, lo primero, por ser mujer.  

Entiendo que esta pregunta esté planteada desde lo condicionante porque hay una herida social de mucho tiempo, y me he visto en múltiples ocasiones teniendo que dar más o justificar más por ser mujer. 

Igual con el factor “canaria” y nuestra insularidad. Las oportunidades a las que hay acceso en la isla son menores, pero también tenemos acceso a cosas únicas, especiales. A mí Gran Canaria me alimenta el espíritu. 

Haciendo un cómputo general solo puedo ver “ser mujer y canaria” como algo muy positivo que me hace sentir tremendamente afortunada. 

Puedes ver su obra en las RRSS y en su web, te dejo los links a continuación:

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