Sabina Urraca es una mujer que ama las palabras, que odia escribir, pero que adora haber escrito, como dice una de sus citas favoritas de la escritora Dorothy Parker. Nació en San Sebastián, se crio en Tenerife, más tarde se fue a Madrid para estudiar una carrera universitaria y la capital la enamoró. Su primera novela Las niñas prodigio salió a la luz en 2017 tras muchos artículos de periodismo publicados en revistas y periódicos nacionales con un estilo muy narrativo y literario, y, a partir de ahí, talleres, nuevas novelas y también tareas de edición. Me gusta Sabina, me interesa lo que hace y su escritura es valiente, divertida, sórdida, sincera, visceral y muy personal.

Siempre quisiste ser escritora, sin embargo, eso que estaba tan dentro de ti y que tenías tan claro, costó algunos años y experiencias profesionales poco gratificantes para que se hiciese realidad. Fue una vocación clara, pero las exigencias y la perfección fueron barreras que te costaron sobrepasar ¿Crees que la intuición, ese algo interior que nos impulsa por caminos no racionales y que muchas veces nos paraliza de miedo, tiene algo de espiritual? ¿Por qué nos cuesta tanto hacerle caso? 

En mi caso, la intuición estaba rota, o había una rotura entre la escritura y el impulso de llevarla a cabo. Es decir, yo sentía la emoción de escribir, tenía las ideas, tenía el impulso, pero un miedo atroz a que nada saliese como lo imaginaba me paralizaba. Le pasa a muchísima gente en muchísimos campos. Con respecto al proceso de escritura, hay un momento, ese en el que surgen las ideas, en el que sí que siento esa especie de inspiración venida de algo ajeno a mí, como si un algo invisible me dictara cosas. También cuando estoy muy enfrascada en la escritura surge esa emoción que podría emparentarse con la idea de musa o de cuchicheo divino que te va diciendo lo que debes hacer. Sin embargo, el proceso en sí, el planificar, estructurar, sentarse a escribir, concentrarse, es algo profundamente terrenal, una cuestión de capacidad de calma y voluntad. Resumiento: Creo que es fácil tener intuición, sentir la llamada de la escritura, pero muy difícil conseguir que esta intuición se materialice en algo real y tangible. 

He leído y escuchado en varias entrevistas tuyas que haces referencia al alma del ser humano, a las afinidades espirituales, pero también afirmas que no eres religiosa en absoluto. Comparto mucho esta visión tuya de la vida ¿podrías explicarme, (si no has hecho ya en la anterior pregunta) como distingues lo espiritual de lo religioso?

Es difícil para alguien que se dedica a la escritura no creer o vivir un poco en contacto con un algo espiritual, no narrarse la vida como algo literario en lo que incluso lo que no tiene ninguna explicación termina teniéndola dentro del relato mental. Es como si todo lo vivido, escuchado y observado se transformase en un cuento. La literatura nos conecta inevitablemente con cuestiones como el destino, la señal, la casualidad. Desde pequeña, aunque crecí en un ambiente absolutamente laico, sentía la necesidad de creer en algo. Desde el principio tuve claro que la religión era algo para sostenernos como fuera en la vida y que las personas, tan distintas unas de otras, no podíamos compartir un mismo dios. Me inventé un dios y le rezaba a mi manera. Había incluso unos versos que repetía y que aún a veces digo en voz baja. No sé si en algún momento llegué a creer realmente, pero aun hoy sigo sintiendo esa necesidad de saber que todo sucede por alguna razón, que hay un relato con sentido sosteniendo la oscuridad de la vida. Pero supongo que lo único que tengo realmente es eso: la literatura, que es capaz de ordenar la vida de forma que esta cobre sentido. 

Saliste de Tenerife y te fuiste a Madrid a estudiar Comunicación Audiovisual una carrera que desarrolla capacidades en el universo de la imagen y no en el de la palabra ¿qué te impulsó hacia esa elección?  ¿qué importancia le das a los estudios universitarios para el desarrollo de las habilidades innatas? ¿Es necesario salir de las islas para crecer?

Estudié Comunicación Audiovisual en la Complutense y Guión en la Escuela de Cine. Me habían dicho que era imposible dedicarse a escribir, que de eso no se podía comer, así que opté por lo que era mi segunda opción con respecto a contar historias, que era el audiovisual. No me gustó nada, no terminé nunca de encajar en todo aquello. Después, durante varios años, trabajé en televisión y publicidad. Fue un alivio poder dejarlo y encontrar la manera de vivir de escribir. No puedo decir que me arrepienta de haber estudiado audiovisuales, pero ojalá hubiese encontrado antes el camino que quería seguir. Mi experiencia en la enseñanza oficial ha sido penosa. La universidad me parece absolutamente prescindible. La sentí como un lugar en el que estar ocupada hasta que llegase el momento de reaccionar. Con respecto a lo que comentas de salir de las islas para crecer, no creo que sea necesario en absoluto. Para mí fue muy duro llegar de una ciudad pequeña y amable como La Laguna a ese monstruo de mil cabezas que es Madrid (y que ahora amo muchísimo). Pero creo que esas dificultades iniciales que obligan a crecer a golpes también pueden vivirse en el lugar de origen, sea este grande o pequeño. Sí que hay algo que ha marcado mi vida, y es ese «no ser de ningún sitio»: Nací en el País Vasco y cuando tenía cinco años nos mudamos a Tenerife, de donde es mi madre, pero a los dieciocho me fui a Madrid. Tengo una identidad un poco revuelta, y juego con la desventaja de no ser considerada ni una escritora vasca ni una escritora canaria. Todos los lugares son exóticos para mí, en todos sitios -salvo quizás en los últimos años en Madrid- he sido una extranjera. Eso me ha aportado una mirada permanentemente en viaje, la curiosidad de la que no pertenece, y es bueno para escribir. 

También estudié en la Complutense algunos años antes que tú, y aunque la experiencia la recuerdo como algo muy deseado, divertido y enriquecedor también descubrí momentos duros y cambios en mis percepciones de la vida. ¿Cuáles fueron las sensaciones que te produjo tu nueva vida en Madrid en comparación con lo experimentado en Tenerife?

 En Tenerife tenía mi pequeño lugar, mi ciudad, mi instituto, mis amigos, mis sitios conocidos. Madrid, en cambio, me resultaba inabarcable. No era nadie allí, no había una posición predeterminada que me sostuviera. Hubo un momento en el que no había un arraigo con Tenerife, porque me había ido alejando, pero tampoco terminaba de haberlo con Madrid. Viví perdida en esa sensación durante algunos años. Poco a poco, he ido estableciendo una relación muy estrecha con Madrid y también se ha ido restableciendo la relación con Tenerife, que sigue siendo mi raíz principal. 

Sé que vas por la vida con un ansia loca de aventuras y que te pasan cosas raras…¿Hasta dónde llega ese impulso vital tuyo? ¿Cómo llevas la soledad del escritor?

Siento por el mundo la curiosidad lógica de alguien que se dedica a ficcionar sobre las cosas que existen. Todo es susceptible de transformarse en un trozo de un libro o de ser narrado para otros. Tampoco creo que me pasen cosas raras. Simplemente miro, escucho y persigo las cosas con un poco más de atención de lo normal.  Annie Ernaux dice en su último libro: «Porque ver para escribir es ver de otra manera. Es distinguir objetos, individuos, mecanismos, y otorgarles valor de existencia». Es exactamente así como lo siento. 

Eres una lectora apasionada de los cuentos, de los relatos que te hacen sentir mal, de las historias reales que pueden ser sórdidas y divertidas al mismo tiempo y de la ironía ¿qué tiene el arte del cuento que lo hace tan atractivo para ti? ¿qué aporta el sentido del humor a la comprensión del mundo?

Me gusta que las cosas me revuelvan, hacia un lado o hacia el otro, hacia la oscuridad o hacia la risa. Creo que consumir muchos productos de ficción provoca un gusto por una suerte de vida novelesca: grandes puntos de giro, actos dramáticos, cierres espectaculares, carcajadas, desesperación. Es difícil buscar o inventar grandes historias de cara a la escritura y no verse imbuida por el tono de esas historias que se buscan. Las personas y los escritores que más me han tocado la fibra humorística han sido o son, en general, seres profundamente desesperanzados. La mirada cómica que me interesa viene muchas veces de una consciencia profunda del mundo y la gente, una consciencia que muchas veces lleva también aparejado el sufrimiento. 

Como lectora he pasado de la novela de ficción en exclusividad a preferir la no ficción y el ensayo. Si indago en ello, creo que tiene algo que ver con una saturación de tanta imagen e historia hueca de esta era digital. Tienes buena relación con las redes sociales, aunque también has tenido malas experiencias ¿hasta qué punto sabes controlar tu conexión con el mundo a través del móvil? ¿Cómo lo haces?

Mi relación con las redes sociales está llena de alegría y, al mismo tiempo, un asco profundo. Lo mejor y lo peor de nosotros sale a relucir en las redes. Es como un escáner del alma en el tiempo presente. O quizás más bien un sumidero en el que han quedado atascados los restos de una fiesta: repugnante, pero maravilloso en cuanto a la información de la que nos provee. Esto, para alguien que escribe, tiene un valor incalculable. Y después está esa parte peligrosa de la gente que se cree que por leer tu Instagram ya te conoce, esa cercanía que está muy bien a veces, pero que en otras deviene en mensajes bastante torpes, atrevimientos. Es bastante disparatado. El otro día presenté el libro de una amiga y la charla se retransmitió por varias plataformas. Hablamos de escritoras que admiramos, de esa tendencia a poner el foco en el sacrificio y la desgracia de sus vidas, olvidándose del placer y los buenos ratos. Al día siguiente, un tipo me escribió para decirme que la charla no había estado mal, pero que el negro y el azul no combinan bien. Me río con estas cosas, pero estas salidas de tono son constantes. Las redes ofrecen una sensación de familiaridad que a veces deviene en comentarios fuera de lugar.

Tus novelas salen de la propia vida, describen una historia que a veces tiene retazos autobiográficos y tus colaboraciones periodísticas son tan reales y pegadas a la tierra que enganchan ¿te consideras una contadora de historias que se divierte con la escritura?  ¿la literatura es realmente eso o necesita ser moralizante y trasladar un mensaje al lector?

Sólo parte de mis historias sale de la propia vida. Si nos ponemos estrictas, podríamos decir que es una parte muy pequeña. Que algo ofrezca la sensación de realidad no significa que sea realidad. De hecho, muchas veces escribir consiste precisamente en eso: ofrecer una gran sensación de verosimilitud, convertir toda esa ficción en una realidad en la cabeza del lector. 

En los últimos años, la exigencia de lanzar un mensaje o transmitir una ideología en una novela es agotadora. Siento que el gusto por la literatura se ha diluido y lo que buscan muchos lectores es una identificación directa, un libro que les apele y transmita lo que ya piensan. Pau Luque dice en su libro Las cosas como son y otras fantasías que quienes temen la ficción, o, mejor dicho, quienes temen que los lectores sean incapaces de distinguir entre mentira y ficción, son los ángeles exterminadores del arte. Estoy completamente de acuerdo. 

Como periodista has entrevistado a grandes personajes, a veces verdaderos ídolos para ti, como la que realizaste a Limónov publicada en la Revista VICE y cuya lectura recomiendo (me enganché a la historia y lo pasé realmente mal mientras reía y leía cada una de sus líneas) ¿Algún momento con algún entrevistado que disfrutaras y te hiciese sentir ¡guau, estoy aquí!?

Hace dos años, poco después de entrevistar a Limónov, Cinemanía me envió a Los Ángeles a ver un primer montaje de Joker y entrevistar a Joaquin Phoenix. Entre el resto de periodistas que también habían viajado a ver el preestreno y hacer entrevistas corría la voz de que el actor era un tipo difícil, que muchas veces se largaba de las entrevistas o se enfadaba con los periodistas. Iba absolutamente aterrorizada, con el poso de lo de Limónov aún removido. Phoenix fue absolutamente encantador. Recuerdo estar charlando con él en la habitación de hotel en la que se celebraba la entrevista, viendo las letras blancas de Hollywood por la ventana, y pensar: No es posible que esto esté pasando. Después de la entrevista subí a la azotea del hotel, me bebí tres piñas coladas en la piscina y me dio un ataque de risa de puro alivio.

En 2020 te conviertes en la `Editora por un libro’ de Editorial Barrett, y eliges la obra de una canaria, Andrea Abreu (Icod de los Vinos, Santa Cruz de Tenerife, 1995) con la obra Panza de burro. La novela va por su doceava edición con más de 30.000 ejemplares vendidos. Conociste a Andrea en un taller que impartías de escritura literaria en la escuela Fuentetaja y tu labor de edición abarcó desde la idea de convertir unos relatos en un libro, el apoyo a la escritora con el estilo y el ritmo narrativo hasta la recomendación estética para su portada.  

¿Hubo en esta iniciativa tuya un impulso de dar a conocer la intrahistoria de las islas y de su mundo femenino fuera del Archipiéalgo? ¿crees que hay poco interés en la península sobre lo que sucede en Canarias más allá del exotismo paradisiaco del sol y la playa?

El haber sido una niña vasca en Canarias y después una canaria en Madrid, y más tarde, llevando ya tiempo en Madrid, una goda en Canarias, ha hecho que mi mirada sobre todos estos lugares no abandonase del todo la visión de la viajera, la curiosidad de la extranjera. Creo que esto, aunque a nivel identitario ha sido y es enloquecedor, ha aportado mucho a mi visión de las cosas. Tenerife es el lugar donde crecí, y, sin dejar de sentirlo hogar, a veces me descubría mirándolo con la fascinación de alguien que llega de nuevas. Recuerdo ser muy pequeña y darme cuenta de que mi isla era un lugar especial, fuera de lo común, a veces cercana al realismo mágico de algunos libros que empezaba a leer en aquel entonces. El habla, los paisajes, las historias de la gente, la emoción que sentía a veces al pensarme rodeada de mar… todo eso no ha dejado de fascinarme en ningún momento, y siempre he sentido una rabia inmensa cuando alguien externo ha reducido las islas a esos cuatro lugares comunes: sol, playa, papas, mojo, guagua, y poco más. Es desolador. Las islas me parecían y me parecen un lugar tan fascinante, con un habla ran rica, que me parecía imposible que algún escritor joven no hubiese captado ese brillo salvaje. Veía tantos autores latinoamericanos aprovechando de forma bestial la riqueza de su entorno y su habla, y sentía que en Canarias era como si nos hubiésemos dejado el grifo del barril abierto y todo ese vino se estuviese perdiendo. Encontrar a Andrea en uno de mis talleres y leer lo que más tarde sería el primer capítulo de Panza de burro fue una alegría inmensa. Poder ser un apoyo en la creación del libro y publicarlo ha supuesto una de mis mayores satisfacciones porfesionales y personales. Se han conjugado mi objetivo como editora que quiere editar algo así, el de la escritora que desea leer algo así y el de la canaria que sabía que era necesario que existiese un libro que abriese la puerta a ese mundo. Ahora mismo estoy editando un libro de otra autora canaria, una escritora de un talento arrollador. Me hace muy feliz pensar en la posibilidad de que esto sea el principio de algo más grande, quizás de una corriente literaria  que hasta ahora estaba activa, pero un poco dormida, como el volcán. 

Cuando vuelves a Tenerife, a Canarias ¿Qué ves?

Voy dos o tres veces al año, y en verano paso el máximo tiempo que puedo. Siento que nunca termino de explorar la isla, que siempre hay algo que me queda por conocer. Soy obsesiva, vuelvo muchas veces a los mismos sitios buscando las mismas sensaciones. En Canarias veo un lugar con un talento desbocado, un escenario mágico, y también, en algunos momentos y lugares, un descuido inmenso a la hora de valorar esa magia. Al mismo tiempo, este descuido me parece el signo de una autoconsiencia algo diluida, y esto aporta cierta belleza. Canarias es un universo que mantiene ese encanto especial precisamente porque no es del todo consciente de su encanto, como una persona bellísima y fascinante que lo es aún más porque no es consciente de que lo es. Me dan un poco de grima las ciudades que se saben bellas y se muestran seguras de sí mismas. Creo que lo verdaderamente rico es la duda, la contradicción, la esquizofrenia visible de los lugares. En escenarios así es donde  suceden las historias. 

Puedes seguir a Sabina en Instagram y visitar su Web, a continuación te dejo los links

Conocí a Laura en una reunión de mujeres para ayudar a una de nosotras en un proyecto creativo que por causas de la vida no llegó al fin buscado. En esas horas que compartimos en la naturaleza, estrenaba máquina de fotos y en su cabeza había grandes planes para trasladarse a Madrid y lanzarse al mundo. Conversamos y su frescura e ilusión eran muy contagiosas. Lo tenía claro, estaba dispuesta a aprovechar la oportunidad, dejar su trabajo en una agencia de publicidad, hacer las maletas y dedicarse a la fotografía que es lo que le apasiona. La capital de España iba a ser el punto de partida para desarrollar todas sus capacidades y entrar en el complicado mundo de shootings y estudios. 

Si algo caracteriza a esta joven fotógrafa es el atrevimiento y el gusto por el riesgo cuando eso conlleva avanzar como profesional y ser humano. Ahora, vive a saltos, con su base en Gran Canaria, pero viajando donde el trabajo la llame. En sus fotos, que avalan toda la pasión que pone en ellas, descubres sensualidad, sexualidad más allá del erotismo, emoción y mucha energía.

Laura estudiaste publicidad y te especializaste en redacción creativa ¿Cómo nació tu amor por la fotografía?

Mi interés por la fotografía siempre estuvo ahí, paralelamente (y previamente) a mis estudios universitarios. 

Si es cierto que no me atreví a poner todo el peso académico en ella, en parte, por esa presión del entorno más cercano acerca de la fotografía y sus supuestas “pocas salidas”.  

Pero todo pasa por algo y en la actualidad siento que mi background publicitario y de copy creativa me ha ayudado a enfocar y conceptualizar la imagen desde diferentes perspectivas. A nutrirla.

¿Qué es lo que te hace disfrutar más de tu arte?

Sin duda la “sorpresa» a través de la exploración, y las sinergias que sea crean con las personas. 

La fotografía nos acerca y se manifiesta como un código de lenguaje con el que nos comunicamos en un proyecto. La veo como una herramienta más para esa expresión y puesta en común con las personas, pero no un fin en sí mismo. 

Entonces lo que más disfruto se puede decir que son las personas, las emociones, lo que volcamos juntas, aquello a lo que damos voz, o ponemos rostro. 

¿Cómo es tu proceso creativo, te preparas mucho las sesiones o estás más abierta a la experiencia del momento?

Depende del proyecto. Si estamos hablando del ámbito laboral me gusta tener ese trabajo previo bien desmenuzado. Lo hace todo mucho más fluido y se genera un enriquecimiento del proyecto. 

Pero hay fotografías que no se pueden planificar, que nacen de lo real, lo espontáneo. Y esa es su belleza.

Hay que estar abierta a todo.

¿Consideras que el trabajo de un fotógrafo es solo la cámara o la edición posterior debe también tener su toque personal?

Considero que T O D O lo que quieras puede ser parte de su trabajo. 

Desde la conceptualización de la idea, decisiones estéticas que sean coherentes con esa idea, formación de equipo, etc. Modo de ejecución de la fotografía y por supuesto el proceso de revelado (digital en mi caso) donde potencio o suavizo ciertos parámetros para que todo vaya en sintonía con la idea original. 

Eres muy joven, pero ya has realizado trabajos importantes ¿Cuál ha sido el más destacado hasta la fecha? ¿Algún momento de sentirte ¡guau, estoy aquí!?

Creo de verdad que el “¡guau, estoy aquí!” está por llegar, y eso me mantiene muy estimulada. 

Sé que te atreves también con el vídeo ¿Qué aporta a tu carrera?

Para mí el vídeo partió de la fotografía en sí. De cómo sería ver una fotografía en movimiento. En mi caso siento que el audiovisual aporta mayor dimensionalidad a la imagen. 

Matices. Sensaciones. Te marca tiempos, te da mucha caña o de repente te da alivio. Es increíble. Nos va guiando por la imagen. 

Mujer y canaria ¿condiciona?

Antes que condicionar sin duda suman, aportan.

No puedo estarle más agradecida a la vida, lo primero, por ser mujer.  

Entiendo que esta pregunta esté planteada desde lo condicionante porque hay una herida social de mucho tiempo, y me he visto en múltiples ocasiones teniendo que dar más o justificar más por ser mujer. 

Igual con el factor “canaria” y nuestra insularidad. Las oportunidades a las que hay acceso en la isla son menores, pero también tenemos acceso a cosas únicas, especiales. A mí Gran Canaria me alimenta el espíritu. 

Haciendo un cómputo general solo puedo ver “ser mujer y canaria” como algo muy positivo que me hace sentir tremendamente afortunada. 

Puedes ver su obra en las RRSS y en su web, te dejo los links a continuación:

El mar, eterno compañero del isleño, es fuente de muchos recursos y muchas alegrías para los que vivimos en esta tierra.  Canarias, no es solo un archipiélago de ocho islas, cinco islotes y ocho roques sino también ese Océano Atlántico que nos une a todos.

Su sonido, su olor y su horizonte son constantes en nuestro día a día y, para muchos, si nos falta sentimos una sensación de ahogo que nos asfixia. Este océano que tanto nos define necesita que demos un paso adelante en su conservación y que tomemos conciencia de que nuestra aportación, aunque sea pequeña, es muy necesaria.

En general, todos los océanos se enfrentan a la amenaza masiva y creciente a la polución a causa de los plásticos que dañan su ecosistema y terminan con la vida de miles de animales. Todos hemos podido ver las imágenes de esas playas invadidas de basura o de tortugas y delfines aprisionados por bolsas o restos de redes.  Sin embargo, el vídeo que más ha contribuido a despertar conciencias sobre el problema de los plásticos acumulados en el mar que llegan hasta el litoral de Canarias fue grabado por la oceanógrafa María Celma, fundadora del movimiento por la limpieza marina Océano Limpio en Tenerife. María en una de sus acciones de limpieza en EL Poris, al ver la arena invadida de micro plásticos lo grabó y difundió en las Redes Sociales. La activista, que es profesora en el CEIP Montaña Pelada en El Médano, lidera este programa educativo que además de informar sobre lo dañino que es el plástico a sus alumnos, los lleva a las costas para que conozcan la realidad y que ahora, tras el vídeo, se ha extendido como un movimiento por toda la isla.

Pero realmente, la única solución para detener esta contaminación es que las empresas y los países hagan un esfuerzo, reduzcan su producción y busquen alternativas. En este sentido la Unión Europea ha dado un paso a delante y en octubre de 2018 respaldó de manera unánime una extensa prohibición de productos plásticos de un solo uso para frenar esta contaminación. Según la directiva propuesta, los artículos hechos de este material como bastoncillos de algodón, cubiertos, platos, pajitas, agitadores de bebidas y palos para globos estarían prohibidos para 2021 y el 90% de las botellas de plástico recicladas para 2025.

Por supuesto, de manera individual debemos tratar de consumirlos menos, y creo que somos cada vez más conscientes de ello. Así, entre otras medidas como reciclar nuestra basura, muchos de nosotros tratamos de utilizar botellas de vidrio que rellenamos, guardamos los alimentos en recipientes reutilizables o utilizamos bolsas de tela para llevar nuestras compras. Pero también ayudar a cuidar y proteger nuestras playas y nuestra costa con hábitos sencillos es esencial porque las pequeñas acciones de muchos producen grandes resultados. Yo te propongo algunas que no te supondrán un gran esfuerzo y que te harán sentir mejor a ti y a la playa que visitas a menudo, por ejemplo podrías:

  • No llevar ningún plástico que pueda salir volando con el viento o la brisa.
  • No fumar en la playa y, si lo haces porque todavía no has podido evitar este hábito, llevar un cenicero (los hay portátiles) y tirar las colillas a la basura.
  • Proteger las dunas, no las uses para protegerte del viento e intenta no pisarlas.
  • Disfrutar de la playa, pero colaborar en su limpieza. Si ves basura en el suelo, o en el mar, retírala por favor.
  • Y por supuesto, lo que vaya contigo no lo dejes, llévatelo y siempre intenta que todo quede mejor que como lo encontraste.

Todavía puedes hacer más. Si además quieres formar parte activa apoya alguna de las muchas organizaciones que luchan para proteger los hábitats marinos. Únete a cualquier movimiento o actividad de concienciación medioambiental, realiza alguna donación financiera o participa como voluntario. En todas las Islas Canarias existen iniciativas dignas de elogiar y con las que podrás participar como, por ejemplo:

La Oficina de la Participación y el Voluntariado Ambientales de Tenerife través de la empresa pública IDECO S.A., perteneciente al Cabildo Insular de Tenerife que, entre otras acciones medioambientales, organiza actividades de limpieza de playas y costa.

La ONG ECOIMPLICADOS voluntarios unidos en Tenerife que se dedican a limpiar playas de manera desinteresada.

Clean Ocean Project una organización no gubernamental, con sede en Fuerteventura, fundada en 2000 para proteger los océanos, las olas y las playas. Lleva a cabo limpiezas regulares de playas  y también proyectos para informar y educar. Tienen una tienda on-line con productos muy bonitos de la organización con los que consiguen financiación para sus actividades.

La ONG Asociación de Voluntarios de Ayuda a la Naturaleza de Fuerteventura AVANFUER realizan habitualmente proyectos de limpieza del litoral.

Limpiaventura, también en Fuerteventura, es una asociación que consigue reunir cada domingo a todo tipo de personas, desde jóvenes hasta niños o turistas para limpiar la costa majorera. Además, imparte de manera gratuita talleres educativos.

En La Gomera AGLAYMA, se dedica a limpiar las playas de la isla

La Oficina de la Reserva de la Biosfera organiza actividades de voluntariado de limpieza a través del proyecto ‘Junt@s somos Lanzarote’

La Asociación ‘Limpia Lanzarote’, creada por dos amigos residentes en Famara, Tobias y Steffan, empezaron recogiendo residuos en la playa de la Caleta y ahora continúan su labor coordinando mensualmente limpiezas de todo el litoral con la ayuda de los que se apunten voluntarios.

La Red de Vigilantes Marinos, iniciativa de la ONG Oceánidas, que organizan intervenciones en toda España y también en Canarias con submarinistas voluntarios para la limpieza de los fondos marinos

La Fundación Oceans4life en Gran Canaria que se encarga de organizar limpiezas ya acciones divulgativas para proteger las aguas de su costa

Ya ves que oportunidades no faltan, ahora solo tenemos que ponernos a ello.

RoqueNublo

Si le pides a un grancanario que piense en el símbolo de la isla, seguramente aparecerá en su mente de manera inmediata la imagen del Roque Nublo. Enseguida comprenderás por qué, en cuanto descubras algunas de las características y misterios que lo hacen único. Por algo este monumento natural recibe diariamente la visita de turistas e isleños en una especie de ritual de obligado cumplimiento.

Un asequible sendero marca el recorrido hasta llegar a él, atravesando una zona arbolada de pinar canario que convive con un matorral de retamas, codesos y salvias propio de las cumbres de Gran Canaria. Imprescindible detenerse a respirar los aromas que desprenden. El paso junto al roque El Fraile, eterno compañero y guardián del Nublo, nos premia con unas magníficas vistas del paisaje de Tejeday de media isla, indicándonos que ya estamos cerca. Tras unos 40 minutos de agradable caminata, la mayor recompensa llega en el tramo final cuando, a medida que nos acercamos, el majestuoso roque se alza ante nosotros y nos va haciendo sentir cada vez más pequeños.

Pero antes de poder tocar la gran roca, otra sorpresa nos aguarda: una meseta o planicie inesperada en la que culmina el camino. Conocida como el Tablón del Nublo, es una auténtica anomalía entre el abrupto relieve que lo rodea, imprimiendo aún mayor solemnidad a la aparición del Roque Nublo y La Rana, el pequeño roque que lo acompaña. Sentarse a descansar en este lugar, sobre todo si tenemos la oportunidad de contemplar el atardecer o amanecer, es una increíble experiencia que jamás se olvida.

El “gran señor” del paisaje grancanario

Para entender mejor la importancia del Roque Nublo, debemos comenzar por sus dimensiones, que son de vértigo. Este enorme hito pétreo de 80 metros de altura desde la base, y situado a una altitud de 1.813 metros sobre el nivel del mar, se erige dominando el paisaje para señalar el centro de Gran Canaria, sabedor y orgulloso de que los isleños lo consideren todo un icono de su tierra.

Pero cuando realmente entiendes sin reservas las razones de este protagonismo es en el preciso instante en que divisas el Roque Nublo desde algún lugar estratégico de las cumbres de la isla, como elMirador de la Degollada de Becerra. Esta es una de las mejores atalayas para contemplar el tortuoso paisaje que lo rodea y al que domina, la Caldera de Tejeda, esa misma que el genial Unamuno describió como “tempestad petrificada” durante su estancia en Gran Canaria. El origen de esta “tempestad” no es otro que la acción combinada de los procesos erosivos y el hundimiento de un edificio volcánico singular caracterizado por múltiples emisiones fisurales, denominadascone sheet,que han dejado su huella en forma de “diques”. Para ojos inexpertos, estas estructuras pueden parecer simples muros artificiales, pero no para los especialistas, que las consideran uno de los mejores ejemplos en el mundode este tipo de volcanismo.

¿Y nuestro amigo el Nublo? ¿Cómo se formó? También los procesos erosivos hicieron aquí de las suyas, ya que el gran monolito es el resultado de la desmantelación del relieve que lo rodeaba hace millones de años. La acción continuada del agua y el viento dejó al descubierto las rocas más consistentes de la zona de emisión de un antiguo volcán, originando así este y otros roques como el también famoso Bentayga, considerado su hermano “menor”.

Además de los valores paisajísticos y geomorfológicos, el Roque Nublo también es un destacado elemento cultural de Gran Canaria ya que, con casi total seguridad, tuvo un significado mágico o ritual para los aborígenes de Tamarán(nombre prehispánico de la isla) que frecuentaron el lugar, como así atestigua la presencia de cuevas refugio y otros vestigios que aún permanecen. Quizá sea el carácter mágico de este entorno lo que nos hace sentir un magnetismo especial, una sensación extraña, casi espiritual, que nos envuelve para poder imaginar a los antiguos pobladores de la isla practicando aquí sus ritos y creencias.

La elevada altitud a la que se encuentra, en el techo de Gran Canaria,y su situación, bajo la influencia climática del norte y sur de la isla, hacen que con frecuencia esté camuflado entre las nubes, sutilmente escondido tras una fantasmagórica niebla que ha estimulado siempre la imaginación popular y a la que también, según algunos, debe su propio nombre: Nublo.

Protegido por la ley para garantizar su conservación, el Monumento Natural del Roque Nublo se encuentra a su vez incluido en el Parque Rural del Nublo, espacio natural integrado en la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria. Sin embargo, su protección no es obstáculo para que, con el respeto que merece, podamos disfrutar de esta maravilla natural y del entorno que lo rodea, fuente constante de inspiración de artistas y musa recurrente del folclore insular. Sin duda, merece más de una visita.

Desde el momento en que nuestra mirada se detiene en la inmensidad de este campo ondulado de arenas doradas, no podemos evitar la sensación de estar atrapados en este paisaje. Es realmente cautivador. No en vano las Dunas de Maspalomas constituyen uno de los espacios naturales más emblemáticos de Gran Canaria y del conjunto de este archipiélago atlántico. Es de esos lugares imborrables en los que es casi un deber sentarse plácidamente a contemplar el cálido atardecer. Arena, sol, mar y silencio, la combinación perfecta para conectar con lo esencial.

DunasdeMaspalomas1

 

Además de belleza y singularidad, su enorme interés científico, con elementos geomorfológicos y geológicos de gran valor, son motivos más que suficientes para que esta joya de algo más de 400 hectáreas de extensión -lo que equivale a unos 570 campos de fútbol- forme parte desde 1994 de la Red Canaria de Espacios Naturales Protegidos como Reserva Natural Especial. Bajo esta protección se encuentra también gran parte de la flora que habita en el lugar y algunas de las especies de aves que acuden a la Charca, otro de los importantes hábitats incluidos en la Reserva.

El intenso grado de ocupación y uso turístico de su entorno no ha impedido la especial protección de este valioso espacio natural a través de una de las figuras legales más restrictivas, todo ello con la finalidad de conservarlo para las generaciones futuras. Además del extenso campo de dunas y la charca, la Reserva incluye un palmeral, conformando un conjunto singular protegido también por la Red Natura 2000 como Zona Especial de Conservación y cuya cercanía a las aguas limpias y transparentes del océano Atlántico completa una estampa paradisiaca que cada año es visitada, y fotografiada, por cientos de miles de turistas que no quedan indiferentes ante este lugar tan singular. Quizá sea este manto de arena que brilla bajo uno de los mejores climas del mundo el motivo por el que todo aquel que viene a la isla quiere repetir.

Modelado por diferentes procesos

Este maravilloso paisaje conformado por las dunas, la charca y el palmerales el resultado de la confluencia de distintos procesos. Según la teoría clásica que explica el origen del campo dunar de Maspalomas, este se ha ido formando gracias a la acumulación de arenas organógenas (restos calcáreos de la fauna y flora marinas) que se depositan en las costas que se encuentran protegidas de las corrientes marinas dominantes. En el caso de Gran Canaria, al igual que en otras islas del archipiélago, la Corriente Fría de Canarias, que circula de norte a sur permanentemente, se neutraliza en el extremo sur de la isla, la zona donde la corriente pierde energía y se produce la deposición de las partículas de arena que el agua transporta en suspensión. Las mareas y las regresiones marinas dejan expuestos al aire dichos depósitos, y el viento es el encargado de movilizar las arenas dando lugar a las distintas formas dunares tierra adentro.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria está trabajando desde hace algunos años en la hipótesis de que el tsunamigenerado por el terremoto de Lisboa de 1755 originó la movilización de un gran volumen de arena, dando lugar a la morfología actual de las Dunas de Maspalomas.

Por otro lado, la formación de la charca viene determinada por la presencia de la desembocadura del barranco de Maspalomas y las aguas que transporta. Este espacio natural es uno de los puntos de encuentro más importantes para aves acuáticas migratorias y residentes, siendo un referente para ornitólogos y aficionados a la observación de aves. Cíclicamente, y coincidiendo con los temporales y mareas vivas, la charca se desborda y se rellena de aguas nuevas, y aunque parezca que el sistema de relaciones ecológicas se desmantela, estas vuelven lentamente a restituirse con más vigor.

Por último, la terraza aluvial formada al otro lado de la charca permite el desarrollo de formaciones vegetales como los tarajales (Tamarix canariensis) y un extenso palmeral con cerca de 800 ejemplares compuesto por dos especies, Phoenix canariensisy Phoenix dactylifera,donde se cobija una gran variedad de aves que lo utilizan como zona de alimentación y nidificación.

DunasdeMaspalomas3

Sin embargo, las dunas están amenazadas, los expertos estiman que están perdiendo arenas a un ritmo de 45.000 metros cúbicos al año.  Los sistemas naturales de viento han sufrido alteraciones por el desarrollo urbanístico que bloquea el movimiento circular de la arena que es arrastrada al mar.  Con el proyecto medioambiental Masdunas, que está consiguiendo resultados muy esperanzadores, el Cabildo de Gran Canaria trata de reponer la arena perdida, ralentizar el movimiento y proteger su especial ecosistema.

Un entorno único, de gran valor paisajístico y ambiental, cuya conservación es incuestionable no solo para los habitantes de la isla, sino para cualquier foráneo que, al verlo por primera vez, comprende perfectamente el motivo de su protección. Así que ya sabes, si vienes a Gran Canaria, las Dunas de Maspalomas es visita obligada.

Seis palabras que son más que palabras. Música celestial para quienes hemos tenido la suerte de crecer y vivir en Canarias, en estas islas volcánicas bañadas por las transparentes aguas del Atlántico. Palabras y significados que nos acompañan desde la infancia, auténticas señas de identidad, todas ellas reflejan la esencia de ser canario, de sentirse canario, pues no en vano han forjado el carácter y los sueños del isleño.

Llavero arena

ARENA de nuestras playas, arenas que han pintado nuestra existencia con una completa paleta de colores: blancas, negras, doradas, rojas, ocres…; y también arena de distintos tamaños que varían, milímetro a milímetro, entre finas y gruesas. Arena incrustada en nuestros juegos infantiles, en la piel de la juventud y en la conciencia de la madurez; arena que luego vemos desaparecer por el desagüe de la reparadora ducha, llevándose así un día perfecto de playa y sol en cualquier época del año.

Llavero cumbre pouch

CUMBRES que traspasan las nubes parecen rozar los claros y limpios cielos de las Islas Canarias, lugares privilegiados donde los potentes telescopios vigías del firmamento observan sin descanso el universo. Inmensos campos de recreo para nuestros juegos más tempranos, recuerdos entrañables de excursiones, acampadas y estimulantes caminatas. Cumbres volcánicas donde la naturaleza ha querido regalarnos generosamente una variedad de paisajes tan extraordinaria que parece imposible en un territorio tan pequeño y fragmentado. Cumbres de las que brotan los nacientes y de las que nacen los barrancos que se precipitan hasta el mar.

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MAREA que mece nuestro día a día. Un ir y venir que hipnotiza, un runrún que dirige nuestras miradas hacia esa línea lejana en la que, de pequeños, imaginábamos que al llegar allí un gran agujero nos tragaría. Era el fin. Un final que después se convierte en principio, porque a los canarios nos duele no escuchar este sonido de fondo que forma parte inquebrantable de nuestra existencia. Bajamares y pleamares que marcan nuestro ritmo, nuestro pulso cotidiano y vital. Mareas que dejan sobre las rocas de la costa charcos llenos de vida en los que escudriñar hasta encontrar simpáticos cangrejillos y gueldes, los tesoros de nuestra infancia.

PICÓN, así llamamos en las Islas Canarias al lapilli, pequeños fragmentos de lava expulsados al aire por el volcán durante su erupción. Pequeñas piedras volcánicas de color negro y tacto áspero y rugoso que se extienden formando auténticos mantos, cubriendo la tierra fértil desde donde brota la vida: el verde de pinos y vides se abre paso entre el negro picón, un contraste inusual para la mirada del visitante pero cotidiano para la del canario. Crush, crush, crush… así suena el picón bajo nuestros pies, música que nos acompaña en cada paso, crujidos familiares en los que escuchamos nuestros juegos presentes y pasados. Picón culpable del evocador olor de esos días en los que la bruma impregna de humedad cada uno de esos pequeños trocitos que nos trajo el volcán.

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SALITRE que el agua marina deja en nuestra piel, piel con olor y sabor a sal. Una compañía a la que resulta difícil decir adiós porque nos recuerda nuestra relación eterna con el mar. Ese mar que nos define y nos otorga un carácter abierto, como es él, abierto e infinito, sin fronteras, cancelas ni candados, libre. Una indescriptible sensación de libertad cada vez que, desde la orilla, ese mismo mar te rocía con millones de gotitas, concediéndote una estancia gratis en este enorme spa natural para regalarte los innumerables beneficios de la brisa marina para el cuerpo y la mente.

Madre y Padre VOLCÁN. El volcán engendró y parió estas islas oceánicas en un imparable rugir de millones de años. Lava sobre lava fue creciendo esta tierra desde los abismos marinos hasta asomar a la superficie. Ahí respiró. Respiró y creció, convirtiéndose en el soporte vital de miles de especies que la fueron colonizando hasta convertirse en una de las regiones de mayor biodiversidad del planeta. Vidas que también han logrado desenvolverse entre las huellas aparentemente estériles que dejó la actividad volcánica: coladas, malpaíses, cráteres, campos de picón… lugares inhóspitos para muchos, pero para nosotros, los canarios, forman parte de nuestro entrañable hogar.

ARENA, CUMBRES, MAREA, PICÓN, SALITRE y VOLCÁN ahora también unidos para siempre adornando nuestros días.

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