En muchas costas canarias es fácil encontrar los esqueletos del erizo diadema; caparazones de distintos colores que, por su estética, suponen un tesoro para quien los descubre enteros. Además de su valor decorativo, que contrasta con la agresividad de su aspecto cuando está vivo, estas piezas calcáreas multicolores tienen usos farmacéuticos, en la agricultura, para corregir la acidez del suelo, y dietéticos, para harinas de ganadería, acuicultura y avicultura.
Fotógrafo: Naray